La fibra de la hoja de caña puede extraerse tanto por métodos artesanales como tecnificados para hacer papel. Primero, el material se seca en estufa para que así pueda molerse. La pulpa de celulosa se extrae con el método de la sosa. En una olla de 10 L se adiciona la paja mezclandola con hidróxido de sodio terminando de completar el volumen con agua. Tras calentar la mezcla, al observar las primeras burbujas se retira del fuego para que se enfrié. Seguidamente, una vez que se lava, el material se comienza a desfibrar manualmente. Al elaborar el papel artesanal, debe disolverse la fibra en agua  y en seguida se vierte en un bastidor. Por último, las hojas se someten a un proceso de prensado para remover la humedad residual. Por cada 1000 g de paja se obtienen 365 g de pulpa de celulosa que se transforman en apróximadamente 70 hojas de papel artesanal, con un tamaño de hoja cercano al tamaño carta, con peso promedio de 9,5 g. La fibra de celulosa permite formar hojas con un promedio 8,4 g de grosor, no requieren someterse a evaluaciones de propiedades, ya que estas hojas son un arte, y la belleza final depende de la creatividad de los artesanos.