La tecnología propuesta usa residuos de soya sin pretratar, evitando la esterilización o tratamiento térmico que eliminan la carga bacteriana nativa de dicho residuo y reducen la competencia entre microorganismos. En concreto, la FES es un bioproceso que ocurre en (casi) ausencia de agua libre, empleando un sustrato natural que actúa como fuente de carbono o energía, aunque también puede ser inerte. El proceso anaerobio y termofílico consta de una primera etapa donde el residuo de soya se mezcla con pallet triturado en proporción volumétrica 1:1 para proporcionar la estructura necesaria para una correcta aireación del material y compensar la elevada humedad del residuo. Tras esto se somete primero a condiciones controladas temperatura (30°C) y aireación constante que asegure concentración de oxígeno por encima del 15% (v:v). Tras un primer cultivo, este es transferido una mayor escala dónde alcanza temperaturas superiores a 60ºC por un período corto de tiempo, eliminando microorganismos patógenos. El producto final es apto para su aplicación como bioplaguicida.  Específicamente, es utilizado para el control de insectos de las órdenes de lepidópteros, dípteros y coleópteros en cultivos como alcornoques, algodonero, cítricos, coníferas, encinas, fresales, frutales de hoja caduca, hortícolas, olivo, platanera, robles, arroz y vid.