Los desechos de crustáceos se obtienen de establecimientos comerciales. Estos pasan por un proceso de desacetilación para extraer la quitina y en específico el quitosano, luego pasan por una síntesis de gelificacion iónica y se obtiene nanopartículas de quitosano. Posteriormente, se prepara el recubrimiento a base de estas nanopartículas y se aplica en solución gel a los alimentos, en especial a frutas como el plátano.