Para que sea aprovechable, el banano verde debe evaluarse para determinar su composición exacta de almidón. Con el visto bueno, se extrae el almidón troceando la fruta y consecutivamente extrayéndolo con una solución de sales. El precipitado que se obtiene se deseca hasta obtener un polvo fino. Par plastificar el polímero se disuelve el almidón en agua, añadiendo carbonato de calcio y mezclando con glicerina. Y por último se agrega carboximetilcelulosa. Los ingredientes se calientan y mezclan hasta que formen una pasta. Luego se coloca la pasta en moldes. Al formarse deben someterse a pruebas fiscoquímicas para evaluar su integridad. Utilizando cuatro formulaciones elaboradas a partir de almidón de banano verde se logró sintetizar un bioplástico  cuyas características de calidad lo definen como un producto adecuado para la elaboración de materiales de empaque.