Primero se realiza el lavado del corral de espera y del patio de alimentación, por arrastre e inundación con agua recirculada del sistema de lagunas, mientras que la sala de ordeñe se lava con agua fresca. El lavado se realiza dos veces al día luego de cada ordeñe, a excepción del patio de alimentación, el cual se lava solo una vez al día. De esta manera, el volumen total de efluentes generados asciende a 65 m³/día.

Luego, estos efluentes pasan por una primera unidad desarenadora para la retención de arena y otros sólidos de mayor densidad, y un separador mecánico del tipo prensa extrusora, a través de la cual se separan las fibras más largas del estiércol que son de baja degradabilidad y se podrían acumular en el biodigestor reduciendo su volumen útil. El efluente clarificado ingresa al biodigestor a través de una fosa de calentamiento donde se recircula agua caliente que recupera energía del motogenerador. El biogás generado es conducido por medio de un soplador al sistema de purificación (deshumidificación y desulfurización), para ser luego utilizado en un motogenerador para la generación de energía eléctrica que es consumida en el propio establecimiento y los excedentes inyectados a la red.

Los efluentes son procesados por organismos metanogénicos en un biodigestor a temperatura controlada, generando biogás que se quema para generar energía eléctrica que abastece necesidades del tambo y da excedentes a la red eléctrica nacional.