Constan de sistemas compactos para la generación de biogás mediante la digestión de la fracción orgánica de los residuos sólidos municipales. Para ello, se toma la fracción orgánica de los residuos de una cocina convencional de un hogar, triturándolos para obtener partículas finas. Como inóculo, se utiliza el efluente de un digestor anaeróbico que funcione a 70 °C. Tanto, inóculos como sustratos (incluyendo aceites y grasas del tratamiento primario de aguas residuales) se agregan en recipientes de vidrio de 250 ml en una proporción de 1:1. De igual manera, se adicionan sales básicas para asegurar la alcalinidad del medio. Antes de comenzar su operación y cerrar, se purgan las botellas de cualquier remanente de oxígeno y así mantener las condiciones anaerobias. Seguidamente, las botellas se incuban con agitación hasta finalizar la digestión. Durante ese periodo, se monitorea la concentración de biogás generado empleando un manómetro y su porcentaje de metano por cromatografía de gas.