Con el almidón y los mucílagos de nopal y papa extraídos se elaboran mezclas de las diferentes formulaciones de acuerdo a los tratamientos escogidos. Para su obtención, se vierten el almidón, el mucílago, la sábila, la glicerina y el agua revolviendo para homogenizar los ingredientes. Posteriormente, se coloca en la parrilla de calentamiento para que transcurra el tiempo establecido y una temperatura determinada hasta conseguir una pasta gelatinizada uniforme, esto se realiza variando las proporciones de cada ingrediente de acuerdo las formulaciones. Al finalizar el bioplástico se retira el film del recipiente y se le hace pasar por una herramienta de moldeo para obtener el grosor deseado. Posteriormente se deja hasta temperatura ambiente hasta que pueda ser retirado y manipulado. Como control de calidad, se someten a pruebas de olor, apariencia, facilidad de moldeo y resistencia al tacto. Las características que adquiere el bioplástico dependen en gran medida de las concentraciones de almidón de papa, mucílago de nopal y mucílago de sábila que se utilizan para su elaboración.