La producción de macroalgas experimenta un incremento considerable cada año mundialmente. Mayormente, esta producción está destinada a alimentación, en cambio, otras industrias también usan macroalgas como biomasa (la farmacéutica, industria papelera, textil etc.).  Entre la cosecha y el procesamiento posterior de Laminaria en industrias se generan entre el 10% y el 30% de biomasa residual, que acaba vertiéndose al mar o tratándose como residuo de bajo impacto. Las macroalgas son un tipo de biomasa con potencial para la producción de biometano. Su estructura de carbohidratos fraccionados (azúcares solubles y fácilmente hidrolizables) propicia que se pueda digerir anaeróbicamente. En suma, la ausencia de grandes cantidades de lignina y celulosa hace que sean idóneas para la digestión por microorganismos. El estudio se hizo con residuos de Laminaria, a escala laboratorio y a escala planta piloto. En ambas, el pretratamiento de la biomasa no resultó positivo en la fermentación, en contra de la recomendación bibliográfica. En cambio, cuando estos residuos de alga se fermentaron sin pretratamiento alguno o sin mezclas con otras sustancias, se produjeron cantidades de biometano aceptables, a pesar de ser biomasa de desecho y de, por ende, poseer menos cantidad de compuestos fermentables que si se fermentase una planta entera.